Sin lugar a dudas Getz/Gilberto es uno de los discos clásicos que justifican la importancia de João Gilberto en el panteón de la música popular brasileña.
Por mucho que João Gilberto se haya mantenido vigente hasta hace poco tiempo con presentaciones esporádicas en todo el mundo, y con lanzamientos fonográficos cada vez más raros, cuando se trata de rememorar el legado de la música popular brasileña, es inevitable recurrir a sus álbumes más clásicos grabados entre los años cincuenta y setenta.
Fueron estos álbumes los que representaron la ruptura con las canciones llorosas y las sambas-canciones que dieron una nueva cara no solo a la música, sino que también hicieron posible una interpretación más positiva sobre Brasil.
Además de crear el ritmo sincopado que podría atribuirse a cualquier otro género musical de esa época, João eternizó hermosas canciones de Tom Jobim, Dorival Caymmi, Lúcio Alves, entre otros compositores. Muchas de estas canciones fueron grabadas de nuevo por otros artistas, pero la tonalidad y la singularidad logradas por Joao nunca fueron repetidas por nadie.
Stan Getz había coqueteado con Bossa Nova en 1962, cuando grabó un álbum con el guitarrista Charlie Byrd. Al productor Creed Taylor le gustó el resultado y decidió ir tras los bamboleos brasileños que conquistaban todo y todos con este delicioso ritmo.
Si, por un lado, grabar con Joao ya era un problema, con el saxofonista arrogante todo empeoró. João vino a llamar “estúpido” al Gringo Getz e impuso de todos modos que el baterista Milton Banana tocaba en el álbum.
Quien brilla aquí con luces propias es la entonces recién llegada Astrud Gilberto (entonces esposa de Joao), quien se roba la escena en “La chica de Ipanema”. Pero Joao sigue siendo la gran autoridad que alaba nuestros oídos en “To Hurt My Heart” y “Desafinado”. Getz/Gilbert es considerado uno de los álbumes de jazz más vendidos de todos los tiempos.